Publicado originalmente en La Coctelera el 12-Noviembre-2008
Viajar es de las actividades más sanas que hacemos los humanos para abrirnos la mente y descubrir otras maneras de ver y hacer. Si los viajes se hacen para conocer otras experiencias de nuestro mismo ámbito profesional y la manera que colegas de otros países se las ingenian en el día a día de su actividad, el beneficio para el desarrollo propio es indudable. Si además los viajes se realizan en compañía de personas de tu mismo país y entorno con los que durante unos días puedes comentar lo que vas descubriendo, la ventaja es todavía superior.
Estos son los principios que sustentan los viajes que he venido diseñando para la Red Española de Teatros Públicos y, antiguamente, para otras instituciones culturales. En concreto, con la Red de Teatros ya hemos hecho visitas a los teatros de Londres y Berlín, y por lo que parece, los resultados han sido excelentes.
En 2007 fuimos a Londres donde visitamos los principales teatros de la ciudad e hicimos una excursión adicional al teatro de Oxford (descargar informe del viaje en www.escenaintbcn.org/Publicaciones.htm). En 2008 el viaje ha sido a Berlín donde hemos visitado también los teatros de la capital y de la vecina ciudad de Potsdam (descargar programa en http://www.escenaintbcn.org/Proyectosactuales.htm). En los teatros visitados se mantuvieron reuniones con los directores de las diferentes áreas donde se hablo de las políticas artísticas, del marketing, los proyectos pedagógicos, el encaje en la comunidad y la política financiera. Por otra parte también se visitaron las instalaciones y el equipamiento técnico.
Londres y Berlín representan dos modelos radicalmente diferentes de gestionar los teatros. Por una parte, los de Londres obtienen recursos públicos limitados y, por lo tanto, para cuadrar sus presupuestos tienen que afilar el ingenio para obtener financiación privada y vender el máximo de entradas. Además los teatros británicos tienen una orientación social muy elevada por lo que sus proyectos educativos y comunitarios son una parte inexcusable de su actividad. Tanto la necesidad de obtener recursos externos como el protagonismo de la actividad educativa y comunitaria se reflejan en su día a día ya que los espacios están en continua actividad desde la mañana hasta bien entrada la noche. Los teatros de Londres, y en general los de todo el Reino Unido, están siempre en continua actividad.
Por otra parte la realidad de Berlín (y en general la de los teatros alemanes) es bien diferente. La mayoría de teatros alemanes funciona con el sistema llamado de Repertorio. Estos son enormes estructuras de producción y exhibición los cuales disponen de una serie de espectáculos en cartel que pueden ir cambiando prácticamente a diario. Los costes de tan enorme estructura son muy elevados y están cubiertos en casi su totalidad por las instituciones públicas municipales o regionales. La parte negativa de este modelo es que quedan muy pocos recursos públicos para ayudar a los artistas independientes, a los jóvenes y a los más innovadores. A raíz del modelo de Repertorio y, también, por razones históricas (el Muro), Berlín ha podido desarrollar una muy potente escena alternativa que relaja considerablemente la dureza del modelo alemán de repertorio y ha situado sus creadores en la vanguardia del teatro contemporáneo europeo.