Hace más de dos años publiqué en mi antiguo blog en “La Coctelera” el artículo “un New Deal cultural para superar la crisis”. En aquel tiempo era optimista y defendí que el sector público cogiera el toro por los cuernos para abordar la crisis que empezaba a asomar. Pedía que se hicieran las reformas e inversiones necesarias para que la crisis no impactase en el sector cultural y, además, que este fuera motor de un nuevo sistema económico y social. Las comparaciones en aquel momento eran obvias con el “New Deal de la cultura” de Franklin Roosevelt para salir de la crisis del 29 en Estados Unidos.
Desgraciadamente está sucediendo todo lo contrario y, de apostar por un aumento de la inversión pública, se ha pasado a toda una serie de recortes generalizados en todas las administraciones públicas que, simplemente, están provocando la muerte del sector cultural. Y esto pasa en toda Europa, con el Reino Unido y Holanda a la cabeza. Los recortes de presupuestos públicos al sector cultural están provocando un empobrecimiento de las estructuras culturales y la desaparición de un tejido, el más débil (aunque probablemente el más creativo y necesario) que ha costado mucho tiempo en crear y que no se va a recuperar en muchos años.
A todo esto ¿que hacen las administraciones públicas, además de quejarse de que no tienen dinero para hacer nada? Pues eso, nada (o mas bien, poco). Tantos años de políticas culturales basadas en el gasto y la ostentación provocan que en estos momentos no sepan hacia dónde avanzar. La ausencia de planes estratégicos, el desconocimiento de proyectos alternativos, la comodidad de algunos funcionarios y políticos que tienen la plaza bien segura, provocan la paralización más sonora del sector de la cultura en todo el periodo democrático. Además muchos de ellos ocupados únicamente en sus luchas particulares: La ley Sinde, las elecciones municipales y autonómicas, “que hay de lo mio” ……….
Urge un “plan de rescate del sector cultural” que salve lo que está quedando del vendaval. En este plan hay que poner las bases para un nuevo horizonte y, eso sí, empezar por el principio, la capacitación. Reconvertir empresas, organizaciones culturales, asociaciones y profesionales. Organizar cursos, talleres, encuentros, etc. Definir estrategias de internacionalización y difusión en todos los sectores y Comunidades. Potenciar el desarrollo de nuevos productos culturales basados en los nuevos paradigmas culturales y sociales. Racionalizar el sector público, desterrar el derroche, defender el mérito y la transparencia. Provocar el acceso de la sociedad civil y de fondos privados al sector y la gestión de la cultura, si es preciso (pero no únicamente) con leyes mas flexibles de mecenazgo y fundaciones. Y así van saliendo temas y más temas de absoluta urgencia.
Es responsabilidad de todo el mundo luchar por la supervivencia del sector cultural, aunque las administraciones públicas tienen más. Son estas las que han creado un sector cultural fuertemente dependiente del sector público y no pueden dejar que de la noche a la mañana se desmorone como si nada. De todas maneras, asociaciones, organizaciones, artistas y gestores deben unirse en un movimiento como, por ejemplo, el que fue en Cataluña la “Plataforma per un Consell de les Arts” para provocar cambios y una nueva racionalidad de las políticas culturales.
Un comentario sobre “El Sector Cultural Agoniza”