Cada vez más los organismos que financian la cultura exigen demostrar el impacto económico que determinado proyecto tiene sobre el tejido económico de la región en que opera. No debemos ponernos las manos a la cabeza y defender de manera fundamentalista que la cultura está más allá de criterios económicos. Simplemente nos lo vamos a tomar como un indicador más que permite conocer el grado de multiplicación que un determinado capital tiene una vez es introducido en el mercado. Sin duda,el cálculo del impacto económico de la actividad cultural debería ser una de las herramientas habituales que el gestor cultural posea en el día a día de su labor profesional.
Conocer el impacto económico de un evento cultural no es complicado y se puede acceder a el desde diferentes métodos, en función del grado de fiabilidad que deseamos obtener. Se puede establecer un conocimiento gradual, utilizando métodos cada vez más sofisticados aunque, eso si, cada vez más costosos. Sin duda, una vez iniciado el proceso ya no será una carga gastar un poco más del presupuesto en conocer mejor el impacto económico. Además, cada paso que nos aproxime a cifras de mayor confianza, iremos conociendo más el entorno en que nos movemos, las características del público al que nos dirigimos o una mayor visión estratégica hacia donde dirigir las campañas de promoción o gestión de públicos.
De manera muy resumida, el impacto económico de un evento cultural se calcula a partir la suma de tres operadores básicos. El primero, el efecto directo, se refiere a la suma que la organización del evento gasta o invierte en una zona determinada del territorio sobre la que calcularemos el impacto. Los efectos vinculados, se refieren al gasto que los visitantes al evento cultural realizan en el área de influencia. El ultimo, los efectos inducidos cuantifican la repercusión en el global de la economía local de la inyección de capital que el evento ha originado.
Los tres efectos juntos proporcionan el impacto económico sobre la producción. A partir de este dato también se pueden calcular el número de puestos de trabajo que se generan y el valor añadido bruto en el área de referencia.
La mayor fiabilidad de los resultados dependerá de la disponibilidad de los datos económicos que el evento o festival originen, por ejemplo, número de visitantes, características de los visitantes, gasto medio por día, etc. También la adaptación al entorno local de multiplicadores macroeconómicos que, aunque disponibles para economías de un ámbito geográfico superior (regional o nacional) han de adecuarse a economías comarcales o locales. Estos datos pueden calcularse o reutilizarse, de aquí la mayor o menor fiabilidad de los resultados y por ende, del coste para llegar a ellos.
En “Escena Internacional Bcn” nos hemos especializado en el cálculo del impacto económico de eventos culturales en un área geográfica o en un sector profesional, en el caso de una feria artística. Lo hacemos a partir de un conocimiento profundo de la realidad de los sectores culturales y el respeto, tanto a su vinculación al desarrollo económico como al crecimiento humano.
¡Hola Toni!
El análisis del impacto económico de un evento cultural es una herramienta muy interesante. Especialmente cuando de ello depende la financiación del proyecto 🙂
Lo ideal sería que también dichas entidades que financian exigiesen un análisis cualitativo de lo que dicho proyecto le va a aportar a esa región o sector.
Por poner un ejemplo extremo: un partido de Champions (el deporte es cultura) y una escuela de música.
¿Cuál es el impacto económico? ¿Y el impacto social y cultural?
Es una reflexión en voz alta, nada más. ¡Felicidades por el post, muy interesante! Con tu permiso, lo comparto.
Hasta pronto,
Héctor M.