Los presupuestos dedicados a cultura de la mayoría de los ayuntamientos españoles se han visto reducidos dramáticamente durante este año. Sus arcas están vacías y los recortes que necesariamente tienen que realizar en sus gastos afectan muy directamente las artes escénicas. Por otra parte, es bien sabido que la gran mayoría de compañías independientes de teatro o danza rentabilizan sus producciones mediante las giras por los teatros municipales; la mayor red de exhibición escénica de España.
Pero el pasado reciente fue diferente. Los ayuntamientos asumieron el rol de democratizar la cultura y acercarla a los ciudadanos. El teatro y la programación teatral regular fue una de sus principales bazas. Para ello se apresuraron a construir o rehabilitar teatros. Estos espacios, equipados con material y dotados con personal técnico y administrativo actualmente, muchos de ellos, están cerrados o con escasa actividad.
Así, ¿qué hacer con estos espacios? se preguntan los municipios. Bueno, pues hay que decir que hay alternativas factibles en donde elegir. Aquí citaré una que creo que es necesaria si queremos un futuro mejor para el conjunto de la sociedad: ceder estos espacios, infraestructuras, personal, etc. a artistas y compañías escénicas del territorio para que puedan utilizarlas para sus trabajos creativos y de producción. Si las compañías ya no son contratadas para exhibir sus trabajos, que mejor que cooperar con ellas para que puedan hacer frentes a gastos fijos como alquileres de locales o de material.
Las maneras de construir sistemas de partenariado entre teatros municipales y compañías y artistas escénicos son muchas, todas válidas y garantizadas por experiencias nacionales e internacionales. Estas pueden ser, desde la cesión por horas o días de las infraestructuras, los artistas en residencia, compañías en residencia, cogestión, hasta ceder la gestión total o parcialmente a empresas o entidades sin ánimo de lucro. De todas maneras, si el ayuntamiento quiere mantener la defensa de la cultura como bien público, debe controlar que las actividades en estos espacios de su propiedad, respondan a criterios de interés común del municipio. Por otra parte, en la cesión de los espacios, el teatro puede buscar contraprestaciones que, de buen seguro el artista o la compañía estará bien gustosa a ofrecer.
Las ciudades necesitan la visión de los artistas para el desarrollo social y educativo de sus ciudadanos. En España ha sido común considerar el artista como el bufón, la persona que nos hace pasar buenos ratos en los tiempos de ocio. Sin duda esta concepción nos ha llevado a infrautilizar o despreciar recursos que son vitales para las ciudades. Los teatros cerrados son recursos ociosos, así como los artistas sin recursos no generan valor a la sociedad. Seamos capaces de conectar, en cada población, estos recursos disponibles con las personas y entidades que son capaces de sacarles el mayor provecho para todos los ciudadanos.