Articulo publicado originalmente en catalán en la Revista Entreacte (Asociación de Actores y Directores Profesionales de Cataluña). Núm. 191.
Así como en el mundo del libro, el cine o la música es relativamente fácil estar a la última de lo que sucede en un ámbito internacional, en las artes escénicas poder conocer a los nuevos artistas que se mueven por circuitos internacionales, las nuevas tendencias y producciones, es un poco más complejo. El libro, el cine o la música, disponen de canales de comunicación y distribución muy desarrollados a escala global. Los festivales, premios, superventas y medios de comunicación forman una red muy tupida e interrelacionada que permite hacer llegar las novedades en poco tiempo a los rincones más inaccesibles del planeta. Las artes escénicas son, digamos, más domésticas o, al menos, las que se hacen en el sur de Europa. Seguir leyendo LA CLAVE ESTÁ EN SABER EN QUÉ SOY DIFERENTE→
Este país ha estado largos periodos de tiempo cerrado al exterior y viviendo del falso orgullo o engreimiento de que aquí se hacían las cosas mejor que en el extranjero. Esta visión anti “lo que haya fuera” nos pasa factura en momentos en que realmente es vital la salida al exterior para sobrevivir.
Con todo, la mayoría de sectores de la economía llevan un buen adelanto respecto a los sectores culturales en la internacionalización de sus actividades. Desde los sectores culturales se vive de una manera mucho más grave esta falta de vocación internacional de empresas e instituciones. Aunque sectores como el libro, el audio visual o el diseño están bien conectados internacionalmente, otros como el teatro o la música popular les ha bastado con los circuitos interiores para subsistir, sin demasiadas ambiciones por trabajar más allá de las fronteras. Seguir leyendo La Cultura en la Construcción de la Imagen “Made In”→
Los tiempos son malos para los artistas en general y para las compañías escénicas en particular. De un lado la crisis y el recorte de presupuestos en ayuntamientos y gobiernos. Por otro, el cambio de paradigma en la producción artística a partir de la revolución tecnológica y el nuevo tipo de relaciones que ha generado. Así y todo, las artes escénicas tiene un punto a favor que asegura su subsistencia y es que en este nuevo escenario on-line se mantendrá la necesidad del intercambio artístico presencial, aunque de otra manera.
Texto de presentación de “mov-s/madrid 2010” que tendrá lugar en el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid y espacios escénicos de la ciudad del 10 al 13 de Junio. Información en www.mov-s.org
Bajo el título genérico del “Espectador Activo”, la tercera edición del mov-s pretende profundizar en la realidad del público actual; cómo puede enriquecerse pasando de espectador pasivo a espectador emancipado y resuelto a ser protagonista en su relación con el artista. Considerar un espectador involucrado íntimamente con el trabajo del artista es un camino poco explorado por las artes, en particular por la danza y las artes del movimiento, como camino para el acceso de un mayor número de personas a la creación artística.
“Bal Moderne” de la compañía de danza Rosas: “El espectador también puede bailar”
Los aspectos que hacen de las personas espectadores activos, dispuestos a reconocer y a la vez dar valor a la creación escénica contemporánea, van de la mano del conocimiento y la interacción con los artistas. Además, en numerosas ocasiones, es la propia actividad creativa del espectador o de su comunidad la verdadera autora de la obra artística. Por otra parte, para conocer mejor el espectador hay que tener en cuenta que actualmente la participación no conoce distancias geográficas ni se ciñe a tiempos preestablecidos, por lo que las redes o comunidades se flexibilizan hasta alcanzar formas, tamaños y ámbitos inusuales.
Cesc Gelabert baila con los jóvenes en un centro de enseñanza de Barcelona
Tanto artistas como responsables de centros artísticos, programadores o instituciones, consideran la presencia y el crecimiento del número de espectadores como labor prioritaria. Desgraciadamente esta es una tarea muchas veces condenada al fracaso cuando los métodos de desarrollo de las audiencias se han centrado únicamente en el más puro estilo del márqueting clásico. La apuesta por otro tipo de relación con el espectador que se sustente también en otro tipo de artes escénicas abre nuevos caminos aún por indagar.
“Ruedapies Danza”: La danza como elemento integrador.
Para profundizar en los diferentes matices referentes al “Espectador Activo” se invitará a expertos teóricos nacionales e internacionales y a profesionales que, a partir de su experiencia, destacan por su conocimiento del espectador y por desarrollar actividades de acercamiento al espectador. Los invitados detallarán sus propuestas en sesiones plenarias para que después sean los “espectadores” participantes en el mov-s quienes tomen la palabra en grupos más reducidos.
Estos días hemos asistido en España a la primera revuelta en Internet contra el propósito del Ministerio de Cultura, con su ministra al frente, de mutilar los avances de la sociedad de la comunicación. La posición del Ministerio de Cultura ha sido de apoyo total a las industrias culturales aunque esto significara ir a contracorriente del propio desarrollo cultural.
Que un ministro de un estado del mundo occidental desarrollado defienda el papel de las industrias de la cultura, el ocio y el entretenimiento como vector de desarrollo económico no es extraño en sí mismo. Es la ley del capitalismo que confía en el consumo y en la mercantilización de la vida para que todo el mundo pueda vivir con un nivel de comodidad y consumo propio de las sociedades supuestamente avanzadas. Para conseguirlo, los gobiernos se han dotado de potentes instrumentos de planificación y desarrollo económico en forma de ministerios de Comercio, de Industria, de Turismo, etc. Todos orientados al desarrollo de las industrias que generan desarrollo económico.
Ya que existen todos estos instrumentos, ¿para que tener uno más para el desarrollo de la industria cultural? Si la política cultural española ha de ser mayoritariamente de apoyo a la industria cultural no sería mejor que estuviese en manos del Ministerio de Industria que lleva más años y experiencia en esto. Yo mismo cuando ejercía de Ingeniero trabajé muchos años de freelance para el Departamento de Industria de la Generalitat de Cataluña. Mis colegas, ingenieros, economistas, eran francamente buenos. Tenían una formación impecable, hablaban idiomas, asistían habitualmente a jornadas y congresos internacionales donde mostraban una gran curiosidad para proseguir una formación que nunca terminaban. Leían revistas especializadas de todo el mundo que les mantenían al corriente de los últimos desarrollos tecnológicos en la materia que les interesase. Con este panorama ¿por qué no dejarles a ellos también el desarrollo de las industrias de la cultura y el ocio?
La opción del Ministerio de Cultura “Industrial” sería echar el cierre y así ahorrar buenos dinerillos al erario público. Aunque, evidentemente, otra opción sería ocuparse realmente en hacer crecer la cultura y el arte y, además, hacerlos accesible a la mayoría de los ciudadanos. Para esto, ante todo, debería preocuparse del desarrollo de la creación, de manera que los artistas puedan desempeñar su trabajo en condiciones, buscando la calidad y la originalidad en sus propuestas. Además, hacer que esta creación llegue a la sociedad sin desvirtuarse ni banalizar el contenido en aras a una mayor facilidad de difusión. Fomentar la educación en las artes en una sociedad claramente deficitaria de ella y, de la misma manera, estimular la parte creativa que todos tenemos, compartiendo los contenidos, las obras, los hallazgos. En definitiva, dedicarse a la cultura del futuro en donde las redes sociales, la circulación del conocimiento y la participación sean libres y accesibles para todos.
Un año más la “Feria Internacional de Teatro y Danza de Huesca” ha cumplido con el reto de servir de aparador de la danza y del teatro contemporáneo y, con esto, favorecer su circulación extensivamente por los teatros y espacios escénicos.
Juntamente a la presentación de las obras de los artistas escénicos, en la “Feria de Huesca” se han revisado las nuevas ideas que han de ayudar a dar contenido a la producción y difusión de las artes escénicas contemporáneas.
Las “Jornadas Internacionales de Artes Escénicas” estuvieron marcadas por la expectación ante el surgimiento de un nuevo paradigma de la difusión escénica. Con la esperanza de que este nuevo paradigma ha de transformar muchas de las incomodas realidades en que se encuentra inmersa la gestión de la cultura en la actualidad, la “Jornadas Internacionales” desgranaron una a una las “Razones para Programar Danza y Teatro Contemporáneo en Tiempos de Crisis” y en los tiempos posteriores que han de venir.
Ya pueden leerse las ponencias presentadas en la Feria de Huesca descargandolas del enlace: http://www.feriadeteatroydanza.com/es/jornadas/ . Una documentación muy valiosa que permitirá proyectar el debate mucho más allá de lo que fue la propia Feria.
Publicado originalmente en La Coctelera el 6-Mayo-2009
Después de todo el proceso de conceptualización, diseño y, la semana pasada, realización del MACC, ha quedado este magnífico manifiesto. Ha valido la pena las energías invertidas para llegar a sintetizar en estas líneas las inquietudes de artistas y profesionales de la cultura ante el papel de las artes y la creación artística en el mundo que se avecina.
Manifiesto MACC
1. Somos una comunidad de creadores que, desde macc, concibe la creación contemporánea como un ejercicio radicalmente distinto al del pasado y que nos exige nuevas responsabilidades artísticas y sociales.
2. La creación contemporánea no gira, como en las prácticas convencionales, alrededor del producto sino del proceso. La creación nos enfrenta más a un trayecto que a un resultado, más a un procedimiento que a una meta. En el arte y la cultura de comienzos del siglo XXI más que las obras o las piezas, importan las experiencias, los caminos. Más que el qué, el cómo.
3. Ya no es significativa la disciplina que el creador practica, sino su actitud ante el proceso de creación. Da igual que sean las artes plásticas, el diseño audiovisual, la música, la arquitectura, las artes escénicas o la literatura; da igual que uno sea artista o artesano; que cree productos o propicie vivencias. Lo que importa es la actitud con que lo haga. Hoy, creador es quien hace pan o quien lo lanza al público en una perfomance. O ninguno de los dos.
4. La creación no es sólo el ejercicio individual del artista sino el talento colectivo de los grupos. Antes se entendía que el proceso creativo se limitaba a la acción del artista. Ahora sabemos que en ese proceso intervienen otros actores sin los cuales no hay creación. Porque el creador ya no está sólo frente a la obra. Su trabajo depende también del trabajo de los otros. No hay creación contemporánea si no admitimos esa interdisciplinariedad.
5. El reconocimiento de lo colectivo, del carácter colaborativo de los procesos creativos, nos obliga, incluso, a revisar el concepto de autoría, el concepto de propiedad intelectual. Lo contemporáneo ha difuminado las fronteras entre el autor y el usuario, entre la creación y la función de lo creado.
6. La creación contemporánea no entiende de especialidades. En nosotros se hace evidente que el mestizaje y la diversidad es el argumento principal de la vida. La hibridación es consustancial a las nuevas tendencias creativas. Ni siquiera hay creadores para la cultura, sino desde la cultura.
7. El proceso artístico no es sólo estético sino ético. Para superar las crisis, como ésta que ahora nos preocupa, es necesario figurarnos lo que no existe. Y los creadores, acostumbrados a la imaginación, reclamamos nuestro papel como imaginadores del futuro. El creador tiene una responsabilidad ante los tiempos, aunque sea sólo la responsabilidad del presentimiento, de la visión que niega la evidencia. Porque si las certezas repiten modelos conocidos; los presentimientos, en cambio, proporcionan nuevas posibilidades.
8. macc ni es ni quiere ser un exhibidor de artistas; sino un exhibidor de procesos creativos. Con esa voluntad, y con la de seguir siendo punto de encuentro, proclamamos nuestra voluntad de seguir encontrándonos aquí o en cualquier otro sitio del Atlántico.
Publicado originalmente en La Coctelera el 2-Diciembre-2008
¿Qué cara tiene la creatividad? ¿Cómo se reconoce? ¿Cómo se distribuye? ¿Se compra a kilos, a metros o en sacos de 50? Estas preguntas (bien, más o menos estas preguntas) te las encuentras a menudo formuladas por personas de rango y formalidad. En realidad, se ofrecen a ayudarte a sacar el máximo rendimiento a un intangible que de por si tiene difícil medición y clasificación. Te dicen “es que si no utilizas las técnicas de márquetin modernas nadie se va a enterar de que la creatividad existe” y, también, “la innovación hay que venderla”. Pues, nada, a medir, clasificar y ordenar.
En esto nos hemos puesto a pensar un grupo de colegas bajo la batuta de Manel Montañes. En un principio, a descubrir como la creatividad y la innovación de los artistas puede ser ofrecida a los diferentes sectores culturales, sociales y económicos para que hagan uso de ella. En segundo lugar a crear una plataforma de contacto entre gentes que tienen grandes ideas innovadoras y otras que necesitan de estas ideas para desarrollar su propio proyecto. Unos y otros se complementan y nuestra labor va a ser ponerlos en contacto.
En este proceso ha nacido el “MACC – Mercado Atlántico de Creación Contemporánea” con el objetivo de crear un punto de encuentro físico de las personas que hacen de la innovación artística una necesidad para su supervivencia. Pasito a pasito el MACC se ha ido desarrollando y ahora ya tiene fecha y lugar de realización: va a ser en el Auditorio de Santa Cruz de Tenerife del 23 al 25 de Abril de 2009. Quien tenga una idea o quiera recoger un torrente de ellas ya se puede inscribir en la web del MACC.
Para ilustrar, dos magníficos vídeos que muestran el poder de la cultura en el desarrollo de la sociedad de la innovación.
El primero lo ha realizado Àngel Mestres de Trànsit Projectes con voluntad de definir cómo ha de ser la cultura del futuro y el papel de la innovación en este futuro.