Artículo publicado originalmente en catalán en la Revista Entreacte (Associació d’Actors i Directors Professionals de Catalunya). Núm. 181. Invierno 2013.
Me surgen dudas cada vez que se vuelve a abrir el debate sobre la financiación privada de la cultura. Si mis dudas se confirman, se podrían invalidar una vez más los esfuerzos de las instituciones por cambiar nuestro paradigma de financiación. Me gustaría aportar algunos ejemplos internacionales para confirmar que lo que digo no es en vano y que en la mayoría de estados donde la financiación privada es una práctica habitual, están resueltos.