Los tiempos son malos para los artistas en general y para las compañías escénicas en particular. De un lado la crisis y el recorte de presupuestos en ayuntamientos y gobiernos. Por otro, el cambio de paradigma en la producción artística a partir de la revolución tecnológica y el nuevo tipo de relaciones que ha generado. Así y todo, las artes escénicas tiene un punto a favor que asegura su subsistencia y es que en este nuevo escenario on-line se mantendrá la necesidad del intercambio artístico presencial, aunque de otra manera.
Hace más de dos años publiqué en mi antiguo blog en “La Coctelera” el artículo “un New Deal cultural para superar la crisis”. En aquel tiempo era optimista y defendí que el sector público cogiera el toro por los cuernos para abordar la crisis que empezaba a asomar. Pedía que se hicieran las reformas e inversiones necesarias para que la crisis no impactase en el sector cultural y, además, que este fuera motor de un nuevo sistema económico y social. Las comparaciones en aquel momento eran obvias con el “New Deal de la cultura” de Franklin Roosevelt para salir de la crisis del 29 en Estados Unidos.
Desgraciadamente está sucediendo todo lo contrario y, de apostar por un aumento de la inversión pública, se ha pasado a toda una serie de recortes generalizados en todas las administraciones públicas que, simplemente, están provocando la muerte del sector cultural. Y esto pasa en toda Europa, con el Reino Unido y Holanda a la cabeza. Los recortes de presupuestos públicos al sector cultural están provocando un empobrecimiento de las estructuras culturales y la desaparición de un tejido, el más débil (aunque probablemente el más creativo y necesario) que ha costado mucho tiempo en crear y que no se va a recuperar en muchos años. Seguir leyendo El Sector Cultural Agoniza→
Publicado originalmente en La Coctelera el 6-Mayo-2009
Después de todo el proceso de conceptualización, diseño y, la semana pasada, realización del MACC, ha quedado este magnífico manifiesto. Ha valido la pena las energías invertidas para llegar a sintetizar en estas líneas las inquietudes de artistas y profesionales de la cultura ante el papel de las artes y la creación artística en el mundo que se avecina.
Manifiesto MACC
1. Somos una comunidad de creadores que, desde macc, concibe la creación contemporánea como un ejercicio radicalmente distinto al del pasado y que nos exige nuevas responsabilidades artísticas y sociales.
2. La creación contemporánea no gira, como en las prácticas convencionales, alrededor del producto sino del proceso. La creación nos enfrenta más a un trayecto que a un resultado, más a un procedimiento que a una meta. En el arte y la cultura de comienzos del siglo XXI más que las obras o las piezas, importan las experiencias, los caminos. Más que el qué, el cómo.
3. Ya no es significativa la disciplina que el creador practica, sino su actitud ante el proceso de creación. Da igual que sean las artes plásticas, el diseño audiovisual, la música, la arquitectura, las artes escénicas o la literatura; da igual que uno sea artista o artesano; que cree productos o propicie vivencias. Lo que importa es la actitud con que lo haga. Hoy, creador es quien hace pan o quien lo lanza al público en una perfomance. O ninguno de los dos.
4. La creación no es sólo el ejercicio individual del artista sino el talento colectivo de los grupos. Antes se entendía que el proceso creativo se limitaba a la acción del artista. Ahora sabemos que en ese proceso intervienen otros actores sin los cuales no hay creación. Porque el creador ya no está sólo frente a la obra. Su trabajo depende también del trabajo de los otros. No hay creación contemporánea si no admitimos esa interdisciplinariedad.
5. El reconocimiento de lo colectivo, del carácter colaborativo de los procesos creativos, nos obliga, incluso, a revisar el concepto de autoría, el concepto de propiedad intelectual. Lo contemporáneo ha difuminado las fronteras entre el autor y el usuario, entre la creación y la función de lo creado.
6. La creación contemporánea no entiende de especialidades. En nosotros se hace evidente que el mestizaje y la diversidad es el argumento principal de la vida. La hibridación es consustancial a las nuevas tendencias creativas. Ni siquiera hay creadores para la cultura, sino desde la cultura.
7. El proceso artístico no es sólo estético sino ético. Para superar las crisis, como ésta que ahora nos preocupa, es necesario figurarnos lo que no existe. Y los creadores, acostumbrados a la imaginación, reclamamos nuestro papel como imaginadores del futuro. El creador tiene una responsabilidad ante los tiempos, aunque sea sólo la responsabilidad del presentimiento, de la visión que niega la evidencia. Porque si las certezas repiten modelos conocidos; los presentimientos, en cambio, proporcionan nuevas posibilidades.
8. macc ni es ni quiere ser un exhibidor de artistas; sino un exhibidor de procesos creativos. Con esa voluntad, y con la de seguir siendo punto de encuentro, proclamamos nuestra voluntad de seguir encontrándonos aquí o en cualquier otro sitio del Atlántico.
Publicado originalmente en La Coctelera el 1-Febrero-2009
Si los lectores de esta blog son reincidentes recordarán el artículo que publiqué el 12 de Noviembre (ver más abajo) sobre la necesidad de un programa de rescate en el sector cultural para afrontar la crisis. En este artículo pido a las administraciones públicas un “New Deal” para salvar las artes y la cultura de la crisis que nos atormenta. En el expongo que los beneficios repercutirán directamente en el conjunto de la sociedad y en la economía ya que así se asegurará una sociedad más innovadora y creativa, condición básica para superar la crisis. Seguir leyendo En Corea También Apuestan por un “New Deal” para la Cultura→
Publicado originalmente en La Coctelera el 12-Noviembre-2008
Por lo que se ve, los planes de rescate ante la crisis únicamente van a ir dirigidos a salvar la vida de los bancos y de las empresas de la “economía real”. Según dicen, debería de ser suficiente para que en el plazo más corto de tiempo podamos volver a gozar de altos niveles de empleo y de bienestar económico. Por otra parte, una afirmación recurrente estos días en los diarios es que a España le costará salir de la crisis por su bajo nivel de productividad. Evidentemente los gobiernos van a empeñarse en mejorar la productividad de las empresas y salir pitando de la crisis.
Ante tal panorama, ¿qué papel le quedara por jugar a la cultura y a los sectores artísticos? Mirando los periódicos y declaraciones, parece ser que ninguno. No va a haber ningún plan de rescate para los artistas, ellos no contribuyen al desarrollo de la actividad financiera y económica. La cultura y los artistas, una vez más, quedarán relegados de los grandes programas y decisiones que afectan al conjunto del país.
En esto, como en otras tantas decisiones que han llevado a esta situación, las fuerzas vivas de la economía y la política se equivocan. Para salir de la crisis hay que contar con los artistas y la cultura y poner en marcha un gran plan de rescate cultural de igual manera que se hace con los sectores financieros y productivos. Pero, veamos, ¿cómo se justifica un plan de rescate para la cultura?
Como bien se dice, España saldrá más rápidamente de la crisis si mejora la productividad de las empresas pero, hace falta añadir que el mal de este país, además, es su falta de innovación. El capitalismo que surja de la crisis será el capitalismo de la creatividad y la innovación. Ya no bastará con producir, habrá que hacerlo aplicando nuevos modelos y sistemas que desarrollen productos y servicios que vayan más allá de los conocidos. En este ámbito, los artistas contemporáneos son las personas necesarias para dotar al tejido productivo de la capacidad de imaginar sin límites, paso previo para que las empresas puedan innovar.
Actualmente, una política inteligente de gobierno es apostar decididamente por la cultura y proponer planes de rescate para que los artistas puedan seguir trabajando. Esto se deberá llevar a cabo desarrollando nuevas políticas culturales que sitúen el artista en el centro y que fijen como objetivo el desarrollo de la creación y una nueva manera de entender la difusión artística. Porque, esto sí, el artista deberá involucrarse íntimamente con la sociedad y compartir con ella su capacidad creativa.
Los Consejos de las Artes, por su conocimiento, independencia y transparencia, son los organismos adecuados para desarrollar estas políticas culturales de nuevo cuño. En este sentido, es todavía más urgente que el de Catalunya se ponga a trabajar inmediatamente y se le dote del presupuesto suficiente para realizar esta tarea.
El ejemplo más sonoro de plan de rescate cultural se dio en Estados Unidos durante la gran depresión del 29. El New Deal impulsado por Franklin Roosevelt para salir de la crisis dio trabajo a decenas de miles de artistas para enseñar en las escuelas, pintar en edificios públicos, engrosar orquestas o grupos de teatro. Entre muchos otros, Jackson Pollok, Mark Rothko, Orson Welles o Aaron Copland realizaron sus trabajos gracias al New Deal.
Aunque el caso americano estaba orientado a la contratación y el empleo, en la actualidad las prioridades han cambiado y, por supuesto, sin renunciar al empleo, habrá que tener en cuenta la cultura y las artes para avanzar de lleno en una nueva economía creativa. En línea con los países más desarrollados, con estos con los que Zapatero quiere ir de la mano para renovar el sistema capitalista, los planes de rescate de la cultura deberán de ser elementos ineludibles de los programas para salir de la crisis.