De pequeño, todos los años para las fiestas de Tortosa, mi pueblo, nos visitaba el Teatro de Guiñol en su caseta de feria. Un teatro popular, crítico, descarado y desatado. A los niños nos encantaba, no era inadecuado; y era la época de Franco. Salían Guardias Civiles, el “Dimoni banyut (tururut!)” (el Demonio Cornudo) y siempre habían ostias al grito de (todos los niños a coro) “toma, toma y toma, pastillas de goma!”. Fue mi primer teatro. Seguir leyendo ¡QUÉ REVIENTEN LOS ARTISTAS!